Hoy ha sido un día especial, aunque la etapa en sí no haya tenido nada que destacar, salvo unos paisajes preciosos. Es lo que tiene llegar a Galicia. Esos pasillos de árboles que te van acompañando y dándote sombra son media vida. Además la niebla también acompañó hasta las nueve y pico. Durilla la bajada a Portomarín, pero allí hice una parada, me puse hielo en la pierna y como nuevo.
Y de allí a Ligonde donde me esperaba lo mejor del día, el albergue. Era un albergue de los pequeñitos y lo llevaban seis chicos de Barcelona y un californiano, de una organización cristiana que se llama Ágape. Estuve hablando con ellos antes de la cena un poco de todo, incluso de su organización y que ellos eran evangelistas… Apasionante… Luego la cena que estuvo genial y después de fregar, hicimos una oración junto con las chicas y el chico italianos. Fue una oración preciosa, simplemente para dar gracias por el día que había acabado, pero muy emotiva…
En fin, una experiencia muy enriquecedora, gente joven creyente y muy comprometida… Una de las parejas había estado un mes en Mozambique y otra de las parejas después de la semana de hospitaleros se iban diez días a Etiopía a levantar casas…
Además se les notaba que eran muy felices haciéndolo. Samuel, el mayor de todos y el “jefe” del grupo daba una sensación de paz interior…
Bruma matinal
Solo quedan 100 km !!!!!!!!!
Cena en el albergue
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