Miércoles, 13 de agosto de 2008
Hoy me he levantado con dolor en las rodillas y en los pies, fatal. Además tenía que volver del polideportivo al albergue. Y para postre me he tirado por lo menos veinte minutos dando vueltas por el pueblo sin encontrar el camino.
Cuando lo he encontrado he estado un buen rato caminando solo hasta que otro italiano me ha salvado. Nos habíamos visto en el albergue de Nájera y hemos empezado a hablar… Otra clase de italiano y castellano. La verdad es que los italianos son gente con la que es muy fácil relacionarse. Este se llamaba Fabio, de Brescia y conductor de tren. Con Fabio no ha habido ninguna conversación profunda como con Alessandro o Antonella, pero nos hemos reído un rato hablando de fútbol y motos.
Al hacer la parada de rigor, él se ha quedado con un grupo de italianos y yo me he juntado con un Justo, un señor de Getafe, que ha tenido tres infartos cerebrales… Y el tío tan pancho, haciendo el camino, que moral… Esto me hace pensar en que por encima de cualquier problema, sea del tipo que sea, está la voluntad de cada uno en superarse.
En Santo Domingo de
Con Fabio camino de Santo Domingo
El Albergue de Villoria de Rioja
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